Testimonios de egipcios en la flota romana

A pesar de que muchas veces se compartimente la historia, la realidad nos habla de que existían multitud de relaciones y contactos entre los diferentes pueblos de la Antigüedad. Prueba de ello es el egipcio Apión ¿Quién era y cómo acaba en la flota romana? ¿Para qué servía la marina en Roma?

El Período helenístico en Egipto comenzó cuando Alejandro Magno arrebató Egipto al Imperio Persa dando inicio a la dinastía Macedónica. Sin embargo, con la muerte de este en el año 323 a.n.e. su imperio quedó dividido siendo gobernado cada territorio por un sátrapa. Así, en Egipto comenzó la dinastía Ptolemaica, con Ptolomeo I, la cual finalizaría con las consecuencias directas de la batalla de Accio entre Augusto y las flotas de Marco Antonio y Cleopatra. Con ello, se dio paso al Egipto romano.

Durante este momento, Roma vivía momentos de incertidumbre e inestabilidad tras el asesinato de Julio César. Las batallas navales que se produjeron fueron decisivas para que Augusto consiguiera la Pax Romana y lograra legitimarse en el poder sin enemigos políticos. 

En un principio, Roma carecía de una flota permanente y militarizada y a menudo recurría a los socii navales, o aliados que les proporcionaban ayuda en el mar. Este desinterés inicial por los asuntos marítimos hacía de este oficio una tarea ingrata para un ciudadano romano. 

Los puestos militares terrestres estaban mejor considerados tanto en la escala de valores militares como en la escala de valores cívicos. Aún así, los marinos se enfrentaban a mayores obstáculos que los soldados de tierra (tormentas, corrientes, piratas, naufragios, incluso si se moría el destino era peor, pues el cuerpo desaparecía en el mar). Además, debían prestar un servicio de 26 años en contraposición a los 20 años de los soldados de tierra y su sueldo era inferior al de los legionarios y auxiliares terrestres.

Fue con las reformas de Augusto cuando la situación de estos soldados mejoró considerándoles parte del ejército romano y teniendo la posibilidad de acceder, tras el cumplimiento de su servicio, a la ciudadanía romana. Este hecho se ampliaría todavía más con la Constitución Antoniniana del 212. 

¿Quiénes eran estos marineros?

En época de la República, estos soldados se reclutaban de las zonas marginales, aunque no se trataba de esclavos como el cine nos ha mostrado alguna vez. La tripulación provenía sobre todo de libertos, pero en mayor número de los socii navales ya citados, proporcionados como escuadrones auxiliares por los aliados de Roma. Los ciudadanos romanos evitaban este destino tan ingrato, así pues, durante las guerras civiles entre Pompeyo, Bruto, Cassio y Antonio tuvieron que reclutar a sus tripulaciones fuera de Italia. 

Las excavaciones arqueológicas en los cementerios cercanos a Miseno y Rávena (donde se hallaban las flotas imperiales más importantes) han proporcionado aportar luz sobre quién componía estas tripulaciones. Las inscripciones de las estelas de las tumbas nos permiten saber sobre los países de procedencia de estos marineros, su promedio de servicio, sobre sus carreras... concluyendo que, generalmente, los marineros eran griegos, fenicios, sirios o egipcios que entraban al servicio entre los 18 y 23 años. 

Testimonios de egipcios en la flota romana

Gracias a las excavaciones producidas en Italia, pero también a las cartas halladas entre las arenas de Egipto podemos conocer los testimonios de estos marineros que se alejaron de Egipto para mezclarse entre los romanos adquiriendo un nuevo nombre, vestimenta, costumbres e incluso formar allí su propia familia. Estos son documentos únicos, pues proporcionan lo que es tan raro en la historia antigua, la luz de la experiencia personal.

Como ya dijimos, la marina era un destino duro, no obstante, había quienes estaban satisfechos con esta vida. Hablamos del joven egipcio Apión, quien en algún momento del siglo II a.n.e. tuvo que dejar su pequeña villa en Egipto para ser enviado a Italia, siendo asignado en la flota del Miseno.  Apión zarpó desde Alejandría y en su camino sufrió una tormenta pero esto no le quitó su entusiasmo; al poco de llegar mandó esta carta a su padre junto a un retrato que se había hecho de sí mismo. La carta se escribió en griego, no por la propia mano de Apión, sino por un escriba, y decía así:

Apión a su señor y padre Epimachos:


¡Saludos!

En primer lugar espero que se encuentre bien de salud y que las cosas vayan bien para Vd., para mi hermana y su hija, y para mi hermano. Doy las gracias a Serapis por salvarme la vida cuando, justo al principio, pasé tanto peligro en el mar.

Cuando llegué a Misenum recibí tres monedas de oro del emperador para gastos, y todo me va muy bien.

Por favor, señor padre, escriba y cuénteme sobre su salud, luego sobre mis hermanos, y también para que pueda besar su mano por haberme educado bien y en consecuencia pueda esperar una rápida promoción, si los dioses quieren. Dé recuerdos a Capitón [algún amigo] y a mi hermano y hermana, y a Serenilla [¿una esclava familiar?] y a mis amigos.

Les envio un pequeño retrato a través de Euktemon.

Mi [nuevo] nombre romano es Antonius Maximus.



Esta carta viajó por transporte marítimo y llegó sin incidente todo el camino hasta el pequeño pueblo egipcio donde, ya hace dos mil años, la leyeron el padre del joven y su familia. Después de morir el padre, la carta se perdió entre los trastos de la casa y los arqueólogos la encontraron debajo de las paredes derrumbadas. Junto a esta carta había otra de Apión, dirigida a su hermana algunos años más tarde. Ya para entonces el soldado llevaba años destinado en algún lugar del Imperio romano y estaba casado y con hijos. Es todo lo que sabemos de él.

P. Mich, 8, 490, recoge un testimonio similar, Apollinarious, otro recluta de marina de origen egipcio, escribe una carta desde Ostia a su madre diciéndole que ha sido asignado en la flota de Miseno.

¿Cómo eran estas relaciones familiares a distancia?

Augusto prohibió el matrimonio durante el servicio militar, sin embargo, la realidad era distinta a la teoría pues se saben de multitud de casos en los que estos estaban casados. El papel de estas mujeres en la economía familiar durante la estancia del hombre en el ejército era plena, pues podemos saber por diferentes cartas como se ocupaban perfectamente de todos los asuntos.

Documento hallado en Karanis, conservado en El Cairo (Egyptian Museum, Michigan inv. 6001). Datación 99 d.C. 


Apollonous a su hermano Terentiano, saludos y, ante todo, buena salud. Quiero que sepas que desde que te escribí la última vez sobre mis asuntos, estoy  bien, pues [...] que la renta en especie y toda la semilla estará totalmente disponible. Y no te preocupes por los niños: están guapos y asisten (a las clases) de una profesora. Y con respecto a tus campos, he perdonado a tu hermano 2 artabas de renta, de modo que he recibido de él 8 atabas de trigo y 6 atabas de semillas de hortalizas. No te preocupes por nosotros, y cuídate tú. Me dijo Termouthas que te has comprado un par de cinturones; me alegro mucho. Y con respecto a los olivares, ¡qué buenos frutos están dando hasta ahora! Que el favor de los dioses te guíen cuando puedas volver. Deseo que cuides tu salud, y te mandan saludos tus hijos y tu familia. Adiós. Año 2 del emperador César Nerva Trajano Augusto Germánico, día 20 de Phamenoth. 

Está claro que el soldado Julio Terencia está de servicio, y su esposa le escribe informándole sobre los negocios familiares, que lleva con gestión eficaz. Estos hechos muestran que los soldados mantenían las relaciones con su villa natal y su familia siendo frecuentes este tipo de cartas que se enviaban de forma regular y con normalidad recibiendo noticias, alimentos o prendas enviadas con cariño por la familia. 


¿Cuáles eran las funciones de estos soldados marinos?


Las funciones comunes de la flota y de los marineros en la antigua Roma eran diversas. La armada romana no fue mantenida para luchar contra las flotas enemigas, una de sus tareas clave era custodiar las rutas comerciales. Los marineros pidieron que trajeran a sus tumbas la nave en la que habían trabajado, y que los emperadores romanos emitieran monedas selladas con un barco o una escena portuaria para conmemorar sus actos que han beneficiado al comercio. 

Augusto era plenamente consciente de que la vigilancia del Mediterráneo necesitaba más que una poderosa fuerza naval. La flota servía para el transporte de víveres, de personas o ejército y de comunicados cuando era necesario. Además, los barcos también podían ser usados para las recreaciones de batallas navales en las naumaquias de los anfiteatros. Por otro lado, los marineros también podían ser solicitados para todo tipo de actividades relacionadas con la cabuyería, como era la colocación de los toldos que protegían a los espectadores del sol en los anfiteatros. Pero, una de sus funciones más importantes era la vigilancia del Mediterráneo para eliminar a los piratas esporádicos, patrullar el tráfico portuario y custodiar las comunicaciones portuarias.

Por todo ello, vemos como la flota se encargaba de unas funciones imprescindibles, se trataba de un oficio duro destinado sobre todo para los extranjeros. Los soldados terrestres tenían mejores condiciones, sin embargo, la consideración de la flota fue de menos a más, consiguiendo ampliar sus derechos tras Augusto, quien pudo comprobar de primera mano la importancia de la flota, la cual consiguió darle grandes triunfos políticos en distintas batallas navales. 


DIANA NAVARRO LÓPEZ


Imágenes:
Imagen principal: Extraída de http://www.estudiogeneraldehumanidades.es [Consultada en:06/10/2017]
Imagen papiro: Extraída de http://jcaballeroheras.blogspot.com.es/  [Consultada en 06/10/2017]

Bibliografía:

- Casson, L. (1959). The ancient mariners. Seafarers and Sea Fighers of the Mediterranean in Ancient Times. Princenton: Princeton UniversityPress.

- Casson, L. (1994). Ships and seafering in ancient times. Texas: University of Texas Press.

- Conolly, P. (1989). Las legiones romanas. Madrid: Anaya.


- Goldsworthy, A. (2005). El ejército romano. Madrid: Akal. 

- Iglesias, J.M, (2011). Viajes y cambios de residencia en el mundo romano. Cantabria: Universidad de Cantabria. 

- Pera, S. (2010). "Ejército y soldados romanos en cartas de mujeres sobre asuntos familiares, militares y civiles, en papiros de Egipto de los siglos I-IV d.C." en J.J, Palao, Militares y civiles en la antigua Roma. Dos mundos diferentes, dos mundos unidos, pp. 197-223. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.

- Great names in history: https://100falcons.wordpress.com/2014/07/30/una-carta-autentica-de-un-soldado-romano/ [Consultada en 04/05/2017]
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