¿Quién es el dios Atón?: orígenes e iconografía.


El dios Atón ha pasado a la historia como el disco solar, principal protagonista de la revolución llevada a cabo por Amenhotep IV / Akhenatón en el siglo XIV a.C. Sin embargo, este no fue el origen del Atón, pues su iconografía fue evolucionando a lo largo de la historia faraónica.

La representación más comúnmente conocida del dios Atón es aquella que lo representa con forma de disco solar con un uraeus en su base y unos rayos solares terminados en manos abiertas o en manos que sostienen símbolos ankh (símbolo de la vida) o uas sobre la imagen del rey y su familia. Como menciona Hornung “los amplios rayos del dios solar acaban en manos humanas y sostienen el signo de la vida bajo las narices de la familia real. Aquí la luz está representada con toda claridad como portadora del hálito de vida”. No obstante, esta imagen se adoptó en época amarniense siendo su origen iconográfico anterior, aunque fue únicamente con Akhenatón cuando se convirtió en la única forma de representación del dios.

El dios Ra, el sol, fue siempre el dios principal de Egipto; incluso cuando Amón se convirtió en el dios del Estado numerosas veces aparecía con la forma sincrética de Amón-Ra (Parra, 2012, 58). A pesar de esto, los egipcios no otorgaron un carácter divino al disco solar o Atón hasta pasado un tiempo. Las primeras menciones de Atón se remontan a comienzos de la XII dinastía, en el Reino Medio; en La Historia de Sinuhé se cuenta que Amenemhat I una vez muerto vuela en el cielo unido con el Atón (Wilkinson, 2003, 236), mismo patrón que sigue el anuncio de la muerte de Amenhotep I, mientras que su sucesor, Tutmosis I, eligió como uno de sus títulos la siguiente frase “Horus Ra, poderoso todo de cuernos afilados que viene del Atón”. En el reinado de Amenhotep II también podemos encontrar algunas menciones a Atón. Sin embargo, no será hasta mediados del Reino Nuevo cuando se establezca el disco solar como una divinidad en sí misma, tal y como aparece en el mencionado escarabeo de Tutmosis IV a modo de dios guerrero. No obstante, no será hasta el reinado de Amenhotep III cuando inicie su verdadero despegue (Parra, 2012, 58), proceso que eclosionará con la llegada de Amenhotep IV/Akhenatón.
Fig. 1. Bloque de piedra arenisca que muestra a Amenhotep IV/Akhenatón y al Atón en su forma primitiva
 como un dios con cabez de halcón llevando el disco del sol sobre su cabeza. El nombre del dios aparece dentro de un cartucho. Museo Egipcio, Berlín.
Paralelamente a este progresivo aumento de las menciones a Atón como el disco solar y su conversión en una divinidad solar en sí misma, este sufre una constante evolución hasta su conocida forma amarniense. Originariamente fue costumbre representar a Atón como una divinidad antropomorfa similar a las imágenes de Ra o Ra-Horakhty (Wilkinson, 2003, 240). Sin embargo, a comienzos del reinado de Amenhotep IV esta imagen sufrió una transformación: la imagen de Ra-Horakhty ancestral pasó a un simple astro radiante, siendo designado como “Atón” (Laboury, 2012, 161).
Fig. 2. El disco radiante del Atón, representado con uraeus y un signo ankh cogante y con cada rayo terminado en una mano, acepta las ofrendas florales de Akhenatón y Nefertiti, que adoran al dios sol junto a sus hijas. Relieve sobre piedra caliza procedente de el-Amarna. Museo Egipcio, El Cairo.
En este sentido, cabe preguntarnos en qué momento se produjo este cambio iconográfico. D. Laboury expone que la aparición de la nueva iconografía se produjo poco después de la integración del nombre dogmático del dios en un doble cartucho [1], suceso llevado a cabo en la primera mitad del año 4 de reinado. Las pruebas nos las proporcionan dos relieves donde la divinidad aparece todavía con su iconografía tradicional, pero con el nombre encerrado en dos cartuchos: “un gran grafito en las canteras de Asuán y una estela fragmentaria dedicada por un tal Kiya” (Laboury, 2012, 161). Por su parte, las dos primeras imágenes fechables del nuevo modo de representar al dios con aspecto solar radiante las encontramos en dos relieves rupestres de canteras del mar Rojo en el año 4: en Abu Kua y en el actual Wadi Hammamat (Laboury, 2012, 163). Fue en este momento, a algo menos de dos meses del año 5, cuando Amenhotep IV transformó a Ra-Horakhty, su protector privilegiado, en el disco solar radiante.

JOSÉ LUIS AZORÍN NAVARRO




[1] El análisis del nombre dogmático de Atón, así como su integración en un doble cartucho, supone un amplio estudio que abordaría una extensión mayor que el presente artículo, motivo por el que nos limitamos a mencionar dicho suceso.

Bibiografía:
-Hornung, E. (1999). El uno y los múltriples: concepciones egipcias de la divinidad. Madrid: Trotta.
-Kemp, B. (1992). El antiguo Egipto: anatomía de una civilización. Barcelona: Crítica.
-Labaoury, D. (2011). Amarna Art. En Ucla encyclopedia of Egyptology. Los Ángeles.
-Laboury, D. (2012). Akhenaton. El primer faraón monoteísta de la historia. Madrid: La esfera de los libros.
-Parra, J.M. (2012). “Akhenatón, el faraón maldito”. National Geographic, Edición especial, 54-65.
-Parra, J.M. (2013). De Atón al triunfo de Amón. En National Geographic (vol. 2, pp. 54-83). España: National Geographic.
-Shaw, I. (2007). Historia del antiguo Egipto. Madrid: La esfera de los libros.
-Wilkinson, R.H. (2003). Todos los dioses del Antiguo Egipto. Madrid: Oberon. Grupo Anaya, S.A.

Imágenes:
Fig. principal: Escena de la familia real. [Consultada en  12/04/2017] www.amarnaproject.com
Fig. 1: Wilkinson, 2003, 240.
Fig. 2: [Consultada en  11/04/2017] www.amarnaproject.com

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