Rahotep y Nofret, príncipes del Reino Antiguo

Durante los más de 3000 años que duró la civilización del Antiguo Egipto se produjo mucho arte, y aunque desde los inicios se fijaron las pautas a seguir para sus producciones, veremos cómo no fue un arte tan estático y tuvo su propia evolución con episodios interesantes


¿Realeza o nobleza?

Distinguir si la obra que tenemos delante pertenece a la realeza o la nobleza es muy fácil ya que el nombre de un rey o una reina siempre va dentro de un cartucho y acompañado de sus títulos reales. En el caso de la nobleza, veremos su nombre acompañado de sus títulos junto a su cabeza pero no veremos cartucho real. En la obra que nos ocupa ya podemos adivinar que esta pertenece a una familia noble, no aparece cartucho por ningún sitio y sus nombres y títulos aparecen junto a la cabeza de cada uno.

La obra egipcia que nos ocupa hoy es la de Rahotep y Nofret, estos personajes fueron un príncipe y su esposa que vivieron en la dinastía IV del Reino Antiguo y podríamos situar en el reinado de Esnefru hacia 2613-2589 a.C. Parece ser que Rahotep fue hijo del rey. Algunos investigadores, como Cyril Aldred, sitúan a esta pareja en la dinastía III, pero la mayoría está de acuerdo en situarla en la dinastía siguiente como hemos hecho en esta ocasión. Entre sus títulos se cuentan los de Sumo sacerdote de Re, Jefe constructor y Jefe del ejército real. Nofret ostentó el título de Conocida del rey. Así que nos encontramos ante un matrimonio influyente en su época.

¿Qué vemos cuando las miramos?

Las esculturas de Rahotep y Nofret son de bulto redondo (las podemos rodear y admirar desde todos los puntos de vista) y sedentes (están sentados). La escultura sedente fue muy usual en el antiguo Egipto ya que permitía llevar a cabo estos trabajos con los cánones de la época sin que se pudieran presentar demasiados desperfectos al trabajar sobre bloques de piedra. En este caso se usó la piedra caliza en un tamaño que permitiera realizar dichas esculturas a tamaño natural. Cada una fue trabajada de forma independiente pero pensadas para hacer pareja. Ambas presentan su mano derecha flexionada sobre el pecho, la izquierda de él sobre su pierna acabada en un puño cerrado y la de Nofret se disimula entre su atuendo.

Miden 120 centímetros aproximadamente y hay que recordar siempre que se les representa sentados y a tamaño natural, si estuvieran de pie medirían más. Nofret es algo más alta que Rahotep debido al adorno de su peluca (bbwyt). ¿He dicho peluca? Pues sí, era muy normal que tanto hombres como mujeres fueran representados con ellas para no ser vistos siempre iguales y jugar con todo tipo de adornos sobre su cabeza, y esto era tanto en la nobleza como en la realeza. Llevar peluca con elaborados peinados era símbolo de un estatus social alto ya que el pueblo llano, la gran mayoría de los habitantes, se rasuraban el pelo por una cuestión de higiene, pero los privilegiados sí disponían de su propio servicio de peluquería en casa.

¿Por qué usan esos colores?

La policromía usada en cada momento condiciona la obra de arte, aunque esto es algo que se podría casi aplicar a toda la historia del arte. En el antiguo Egipto usar unos colores u otros era muy importante ya que reflejaba un significado que iba más allá de lo físico. Condicionaba incluso los estados de ánimo. No existía el color discontinuo y para los detalles usaban colores yuxtapuestos sin degradar ni difuminar. Ellos ya estaban acostumbrados a vivir entre grandes contrastes de colores como la zona fértil y a continuación el desierto. Los colores que posee la paleta del artista se extraen del paisaje que les rodeaba y consideraban que el color (iwn) tenía algo que era parte de su naturaleza.

Fig. 1. Nofret
La mayoría de las producciones que han llegado hasta nosotros estaban policromadas, como la pareja de estatuas que nos ocupa. En Nofret destaca sobre todo la utilización del blanco de la cal para su vestido de lino largo y ceñido. El tono de su piel es bastante más claro que el de su compañero y es también un indicativo de su procedencia noble ya que no ha tenido que exponerse al sol para trabajar como era el caso del pueblo llano. El blanco, casi en cualquier cultura, también representa la pureza, la luz en la oscuridad como la luna llena en la noche, así el difunto podrá acceder a la resurrección, por ello los sudarios usados en el Heb Sed también eran de este color.

Fig. 2. Rahotep
El tono de piel de Rahotep tiene un tono más oscuro, esto era más normal para los hombres. A ellos sus quehaceres sí les permitía salir al exterior y estar más en contacto con el sol. Su cabello es corto y negro, que además de ser el color del pelo de los antiguos egipcios teniendo en cuenta su origen africano, este color se asimilaba a la muerte y a la noche, como el limo que hace fértil al valle. Se le relaciona a la fecundidad y la regeneración. No lleva más atuendo que un faldellín corto y blanco, color que relacionamos con la pureza y la resurrección como el vestido de su mujer, y ambos van descalzos reposando sus extremidades inferiores en un reposapiés en la parte inferior de las estatuas.

¿Hacia dónde miran?

Una especie de juego en la historia del arte es adivinar hacia dónde miran los personajes representados, como es el caso de la Mona Lisa. La mirada de Rahotep y Nofret seguro que también tiene mucho que decir. Una estatua egipcia va a mirar siempre al frente haciendo gala de su hieratismo y frontalidad. Pero su mirada parece muy viva, esto es porque en la estatuaria para la realización de los ojos hacían las pupilas de cristal de roca encajados en unos marcos metálicos, práctica que comenzó en la dinastía III bajo el reinado de Djeser. Este recurso dotaba de tal vida a los personajes que ya en la antigüedad los ladrones los robaban de sus cuencas antes de asaltar las tumbas.

Joyas y maquillaje

Dejando a un lado el tono de piel aplicado a cada uno y del que ya hemos hablado, ambos presentan el khol que perfila sus ojos y era el toque de maquillaje por excelencia del antiguo Egipto que se usaba para proteger los ojos del sol, aunque a la vez los resaltaba. Rahotep sí presenta un pequeño bigote y no lleva más joyería que un delgado collar blanco pegado a su cuello. Nofret, además de su ostentosa peluca sobre la que descansa una diadema adornada de lotos y otras figuras, lleva un lujoso collar de diversos colores y presenta un escote que hoy se vería bastante provocador, al igual que toda su figura ceñida por su vestido, parece que los antiguos egipcios no tenían problemas con mostrar su cuerpo.

Fig. 3. Detalle de los rostros
Otras apreciaciones sobre el arte egipcio

Sus producciones no tienen el objetivo de ser el arte que se contempla ya que están pensados para un ámbito muy particular y privado, en este caso, y como en la mayoría de los casos, para un tumba.  Lo importante tampoco era conocer al autor sino saber quién la encargaba. Su función es mágica, estas estatuas representan el Ka (representa el doble de los difuntos) de los personajes para ser enterrados con ellos ya que la imagen tenía un poder similar al de la escritura. Los representados eran imágenes ideales por las que casi no pasa el tiempo. En momentos de solidez política fue mayor la producción artística donde varió la técnica y la calidad, pero no el estilo, como sucedió en el Reino Antiguo.

¿Qué se sabe sobre los artistas?

La palabra utilizada para artista es “wr hmww”, lo que para ellos sería gran artesano, el jefe. Un artesano sería solo “hmww”, algo así como el especialista en las técnicas y que estaba a las órdenes del anterior. Y el obrero sería “msntiw”, estaría en un estrato inferior y hacía el trabajo sucio. Autores como Aldred distinguen entre el maestro artesano, el escultor principal y los obreros, que eran modestos artesanos. El texto que se incluye sería una colaboración entre el dibujante y el escriba. Estas estatuas encargadas por nobles que pudieron costearse una tumba pertenece al ámbito privado y se pondrían en contacto directamente con el gran artesano para marcar las directrices de la obra.

La tumba de los personajes

Fig. 4. 
Rahotep y Nofret se enterraron en una tumba en forma de mastaba (banco en árabe) en Meydum, a unos cien kilómetros al sur de El Cairo, donde se encuentra una de las pirámides del rey Esnefru. En el Reino Antiguo el rey ya se enterraba en una pirámide y los nobles en las mastabas, donde empezaron a enterrarse en un inicio los faraones. Este yacimiento arqueológico fue excavado entre 1871 y 1872 por el egiptólogo francés Auguste Mariette que fue quien halló esta pareja de estatuas y hoy podemos admirar en el Museo Egipcio de El Cairo. Gracias a la retirada de una estela real por unos obreros se encontraron con la entrada de un pozo, al entrar con una vela se toparon con las miradas de Rahotep y Nofret. 

En qué contexto vivieron nuestros personajes

Ya hemos dicho que Rahotep podría haber sido hijo del rey Esnefru, que pasó a la historia por construir la primera pirámide de paredes lisas a la que se añadieron varios elementos que acabarían formando un complejo piramidal con una nueva orientación. Fue el rey de su época que más construyó. Tuvo un largo reinado y un número elevado de hijos que dificultó la sucesión al trono. Fue una época de prosperidad económica y estabilidad política. El Estado se organizó de forma centralizada gobernado por un rey que se identificaba con un dios en la tierra y tenía poderes mágicos. Las fronteras estaban seguras y no tenían enemigos externos. Fue normal que en la administración estuviera la familia del rey.

ENCARNI TOLEDANO PIQUERAS 

Bibliografía:
-ALDRED, Cyril; Arte egipcio, Barcelona, Ediciones Destino, 1996.
-SHAW, Ian; Historia del Antiguo Egipto, Madrid, Oxford, 2007.
-www.egiptologia.com

Imagénes: 
-Todas las figuras extraídas de wikimedia.org.

Esperamos que os haya gustado esta entrada y nos ayudéis a compartir nuestro trabajo. Si usáis información de aquí, no olvidéis citarnos de la siguiente forma: Explorando Egipto [Consultada: (Fecha del día de consulta)]
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